sábado, 1 de diciembre de 2012

Entrevista capotiana a Víctor Sabaté


En 1972, el escritor estadounidense Truman Capote (1924-1984) publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama 1999), y en él el autor de A sangre fría se entrevistaba a sí mismo con especial astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Víctor Sabaté.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
Una casa con una buena biblioteca, conexión a internet y una ventana. En realidad ese plan no es demasiado distinto de la clase de vida que llevo en mi tiempo libre.
¿Prefiere los animales a la gente?
Según qué animales y según qué gente.
¿Es usted cruel?
No particularmente, supongo, aunque tengo mis momentos, como todo el mundo.
¿Tiene muchos amigos?
No. Yo diría que no tengo ninguno.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Ninguna en especial.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
Cuando los he tenido, sí, igual que yo a ellos.
¿Es usted una persona sincera? 
Soy sincero cuando me lo piden, o cuando creo que la otra persona desea que lo sea, o cuando no me importan las consecuencias. Creo que la sinceridad es una cualidad sobrevalorada; muchas veces es un pretexto para la incontinencia verbal o la mala educación. La hipocresía es la base de la vida civilizada.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Leyendo, durmiendo y vagando.
¿Qué le da más miedo?
El dolor y la enfermedad.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
La corrupción.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Bueno, de hecho no sé si ni siquiera puedo considerarme escritor por el hecho de haber publicado un libro de 100 páginas: tengo un trabajo nada creativo, apenas un par de las personas con las que me relaciono tienen interés en la literatura, y, aunque siempre termino volviendo a la escritura, puedo pasar meses sin escribir.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
No.
¿Sabe cocinar?
No se me da espectacularmente bien, pero me defiendo.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
Algún escritor raro, tipo Cravan o Rigaut.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
¿Splunge?
¿Y la más peligrosa?
¿Splunge?
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
Sí, claro.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
A veces tengo mis ideas radicales, pero la mayor parte del tiempo pienso que cuando mejor parecen haber funcionado las cosas en este mundo imperfecto es con una economía capitalista con fuerte intervención del Estado para corregir sus desviaciones. Es decir, con la socialdemocracia (con la de verdad, no con los simulacros que hemos tenido aquí).
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Una piedra.
¿Cuáles son sus vicios principales?
Los vicios son inconfesables.
¿Y sus virtudes?
Las virtudes también.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Supongo que depende de los motivos que me hubieran llevado a saltar del barco.
T. M.