jueves, 20 de junio de 2013

Entrevista capotiana a Rafael Argullol

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de Rafael Argullol.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
Un barco.
¿Prefiere los animales a la gente?
Depende de los animales, y de la gente.
¿Es usted cruel?
No.
¿Tiene muchos amigos?
Los suficientes.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Lealtad y jovialidad.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
No.
¿Es usted una persona sincera? 
Sí, pero no con una sinceridad que juzga y destruye.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
No distingo tiempo libre y tiempo ocupado.
¿Qué le da más miedo?
Los ojos de un mezquino.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
Nada me escandaliza pero muchas cosas me causan repulsión.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Caminar.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Viajo.
¿Sabe cocinar?
No.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
Nunca escribiría para el Reader's Digest. ¿Todavía existe?
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Elpis.
¿Y la más peligrosa?
Sí.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
También.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
La aristocracia del espíritu.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
No me gustaría ser otra cosa.
¿Cuáles son sus vicios principales?
El orgullo y la indefensión ante la belleza.
¿Y sus virtudes?
El orgullo y la indefensión ante la belleza.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
El infierno, el purgatorio y el cielo.

T. M.