miércoles, 30 de noviembre de 2016

Ubi sunt: "Historia de la literatura utópica", de Raymond Trousson

Recupero aquí, con el lema latino ubi sunt (dónde están), una serie de reseñas que publiqué hace unos veinte años en la revista Quimera.

Los escritores utopistas fueron los precursores de la sociedad moderna. Ellos fueron los primeros en plantear la igualdad de sexos, la asistencia social, la creación de instituciones organizadas, o una ciencia sin restricciones. Ese compromiso intelectual con el entorno nació en la Grecia del siglo V a. de J.C. y se ha desarrollado, como género literario, a lo largo de toda la historia. Así pues, estamos ante un campo de extensa tradición que, como cualquier otro tópico en la literatura, ha vivido grandes variaciones. El profesor Raymond Trousson se encarga en este libro de explicar esa evolución. La investigación es sintética, pero muy densa. La utopía, concepto de gran ambigüedad semántica, es presentada en todas sus acepciones. El camino hacia su definición es complejo, pero a medida que se recorren los siglos y se explora el contenido de las obras se abre una singular manera de entender la literatura. Su perspectiva histórica, además, comporta conocimientos de sociología, política, religión y economía, lo que hace del trabajo de Trousson un completo análisis no sólo de un pensamiento concreto, sino también de los principales cambios que ha vivido la humanidad y de cómo se ha traducido eso en escrituras ficticias.

Uno de los datos más curiosos que ofrece este estudio es la inexistencia absoluta de textos utópicos en las letras españolas: sólo se alude en varias ocasiones al Inca Garcilaso de la Vega y a Lope de Vega. Las demás referencias, tanto la de los escritores utópicos como la de los estudiosos del tema, pertenecen a otros muchos países (especialmente a Francia; no en vano el clímax de la utopía alcanzó a este país en el siglo XVIII), a otros idiomas, y consecuentemente a diferentes anhelos existenciales. La culminación a todo ese progreso común, partiendo del viaje imaginario tradicional, se llamó, en el siglo XX, ciencia ficción.