jueves, 14 de septiembre de 2017

Entrevista capotiana a David Crespo

En 1972, Truman Capote publicó un original texto que venía a ser la autobiografía que nunca escribió. Lo tituló «Autorretrato» (en Los perros ladran, Anagrama, 1999), y en él se entrevistaba a sí mismo con astucia y brillantez. Aquellas preguntas que sirvieron para proclamar sus frustraciones, deseos y costumbres, ahora, extraídas en su mayor parte, forman la siguiente «entrevista capotiana», con la que conoceremos la otra cara, la de la vida, de David Crespo.

Si tuviera que vivir en un solo lugar, sin poder salir jamás de él, ¿cuál elegiría?
Mi casa.
¿Prefiere los animales a la gente?
Los animales.
¿Es usted cruel?
A veces, como todo el mundo.
¿Tiene muchos amigos?
No.
¿Qué cualidades busca en sus amigos?
Ninguna.
¿Suelen decepcionarle sus amigos?
Por supuesto, como yo a ellos.
¿Es usted una persona sincera? 
Solo si tengo que serlo.
¿Cómo prefiere ocupar su tiempo libre?
Leyendo en la terraza, con mi perrita sobre las piernas.
¿Qué le da más miedo?
El mismo miedo.
¿Qué le escandaliza, si es que hay algo que le escandalice?
La violencia, la arrogancia y el fanatismo.
Si no hubiera decidido ser escritor, llevar una vida creativa, ¿qué habría hecho?
Eso no se decide, ocurre y ya está. Si mi vida no fuera creativa ya no sería yo.
¿Practica algún tipo de ejercicio físico?
Me gusta pasear por la montaña, correr y nadar en el mar.
¿Sabe cocinar?
Sí, y es algo que me gusta hacer, pero solo para mi mujer. Eso sí, mientras cocino necesito que no haya nadie cerca.
Si el Reader’s Digest le encargara escribir uno de esos artículos sobre «un personaje inolvidable», ¿a quién elegiría?
A Sócrates.
¿Cuál es, en cualquier idioma, la palabra más llena de esperanza?
Transcender.
¿Y la más peligrosa?
Odio.
¿Alguna vez ha querido matar a alguien?
No, ni a nada.
¿Cuáles son sus tendencias políticas?
Gracias a Dios no tengo de eso.
Si pudiera ser otra cosa, ¿qué le gustaría ser?
Un árbol.
¿Cuáles son sus vicios principales?
De lunes a viernes la pereza y la tenacidad. El sábado el whisky con hielo y el domingo la melancolía.
¿Y sus virtudes?
De lunes a viernes la pereza y la tenacidad. El sábado el whisky con hielo y el domingo la melancolía.
Imagine que se está ahogando. ¿Qué imágenes, dentro del esquema clásico, le pasarían por la cabeza?
Oscuridad, frío y huesos morondos.
T. M.